viernes, 23 de enero de 2009

a la tortola


Fue la tórtola como una centinela firme que se quedo al lado de su nido en plena tormenta
Como la madre que es y daría la vida por su hijo, cubrió a sus polluelos entre sus alas inamovibles
Vientos destructores de palacios hechos en paja, fragmentos que aún se conservan de esa tarde
Y yo sentado mirando a la que fue la tórtola que no pudo resistir el fuerte viento y no fue más centinela
Su cara inexpresiva mostraba el desespero de una madre que pierde a sus hijos de la manera más injusta
¿Qué es justo?... su nido no soporto, y el “amor” que tanto predican los cuerdos como la única salvación, no funciono
Pajita a pajita, viajes enormes para transportar una sola pajita, y con el amor instintivo fue tejida y construida
No fueron sus hijos la única víctima, ella murió lentamente… el frio, la pocas reservas de energía y como no, la pena moral.
En la tarde de marzo quedo el recuerdo olvidado de la tórtola que entrego estúpidamente la vida por sus hijos
Ya sus ojos de ternura no verán mas, ya mi alma no sentirá mas…

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