lunes, 12 de agosto de 2013
Tal vez, o en algún momento; el canto del hermoso Cuculi no se escuche. Tal vez sea él, que se tome la molestia de no escuchar. De momento la sangre, la sangre, la sangre, no corra más. Y mis manos, nuestras manos, menos movimientos tendran. Pobre Cuculi que reposa en esta noche fria, en la peligrosa rama del guamo. La mañana de neblina y la noche de soledad. Luces a lo lejos, en la montaña... me ayudan a dimensionar donde estan ellas. Hermosa y pequeña porción de la magica cordillera de los Andes. Imponente y hermosa, sencilla e indomable. Ahi estas pequeño Cuculi, adornando su cabeza.
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