domingo, 17 de enero de 2010

De la sensibilidad que no entendemos los mortales solo cuando la vivimos
Madre, dulce madre que me escuchas
Tengo la firme esperanza de que realmente me estés escuchando
Todo lo que siento después del parto
Vacio universal que se ahonda en mi pecho como cual daga y se desgarra
Fuente de alimento que doy con el alma
Cuanto daría yo por escucharte y verte aquí a mi lado aconsejando
Confusas ideas, y solo quiero ver su rostro
Fuerte impulsos eléctricos que viajan por mi cuerpo y terminan en mis pechos
Compromisos eternos entre mis brazos
¿Qué es lo que viene madre? ¿Por qué no revives y me explicas como hacer esto? Tengo temor…

No hay comentarios:

Publicar un comentario